Áreas Marinas Protegidas: Una herramienta que busca conservar el océano para las futuras generaciones

  • Parques, Reservas y más, ¿qué son y cuánto protegen a la biodiversidad del impacto humano?

La protección de nuestros recursos naturales del impacto humano es una tarea compleja que requiere del trabajo de toda la sociedad. Más aún si lo que se busca proteger es tan vasto y extenso como nuestro mar, el cual corresponde a cerca de un 80% del territorio nacional con más de 3 millones de kilómetros cuadrados de superficie. Algunas actividades humanas tienen efectos que requieren de acuerdos globales (ej. reducir las emisiones de dióxido de carbono) para avanzar en la protección de ecosistemas naturales. Otras actividades tienen efectos locales, como la explotación pesquera, que producen cambios en la abundancia de especies claves, con consecuencias enormes para el funcionamiento de los ecosistemas marinos. En estos casos se han creado diferentes instrumentos para proteger especies explotadas y también a los ecosistemas que las albergan. Uno de ellos son las Áreas Marinas Protegidas.

Las Áreas Marinas Protegidas, en sentido amplio, son “áreas definidas geográficamente, que han sido designadas o reguladas y administradas a fin de alcanzar objetivos específicos de conservación”. En Chile existen distintas figuras de protección, cada una con un objetivo específico:

Reserva Marina: Área de protección de recursos marinos. Esto no implica que no se pueda pescar, sino que se promueve el manejo sustentable a través de la protección de zonas de reproducción, áreas de pesca o de repoblamiento de recursos. En estas zonas sólo pueden efectuarse actividades extractivas siguiendo un plan de administración. Existen actualmente 5 Reservas Marinas en Chile.

Parque Marino: Área destinada a preservar unidades ecológicas a fin de mantener la diversidad de especies marinas y también sus hábitats. En estas zonas no se puede realizar ningún tipo de actividad extractiva, salvo aquellas de investigación, siguiendo el plan de administración definido para el lugar. Existen actualmente 8 Parques Marinos en Chile, desde espacios muy pequeños hasta cientos de miles de kilómetros cuadrados.

Áreas Marinas Costeras Protegidas de Múltiple Uso (AMCP – MU): Buscan establecer una gestión integrada sobre la base de estudios e inventarios de sus recursos con el fin de alcanzar objetivos específicos de conservación, que pueden incluir la explotación sustentable de recursos definidos en el plan de administración. En Chile contamos actualmente con 10 Áreas Marinas Protegidas de Múltiples Usos.

Espacios Costeros Marinos Pueblos Originarios (ECMPO): Áreas marinas cuya administración es entregada a comunidades o asociaciones indígenas que han ejercido el uso ancestral de dicho espacio para preservar ese patrimonio natural y sus recursos.

También se han creado 10 pequeños Santuarios de la Naturaleza que protegen ambientes o especies marinas.

Según explica el Dr. San Martín (Subsecretaría de Pesca), cada AMP cumple un objetivo diferente según la zona geográfica donde se haya establecido. Por ejemplo, la Reserva Marina La Rinconada, ubicada en la Región de Antofagasta, busca proteger el principal banco de ostión del norte (Argopecten purpuratus) que existe en el país. A su vez, la Reserva Marina de Pullinque, de la Región de Los Lagos, tiene como fin la protección de la ostra chilena (Ostrea chilensis). El científico de Subpesca, señaló que “otras tienen objetivos relacionados con el resguardo del ecosistema y las funciones que estos cumplen para el bienestar de las personas y la biodiversidad marina, como es el caso del Parque Marino Motu Motiro Hiva y el Parque Marino Francisco Coloane, que protege áreas de alimentación para las ballenas”. Ante los resultados, afirmó que “la creación de AMPs ha permitido cumplir localmente con la conservación de la biodiversidad marina”. Los objetivos de conservación de las AMP de Chile puedes encontrarlos AQUÍ.

AMP Chile

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Actualmente, de los 3.675.279 km2 de nuestra Zona Económica Exclusiva, 463.234 km2 cuentan con protección. Esto equivale a 13.59% de todo el territorio marítimo nacional.

Ante este escenario, la directora del Núcleo Milenio Centro de Conservación Marina (CCM) UC, Miriam Fernández, destacó los avances y enfatizó un dato preocupante: “En los últimos años hemos avanzado significativamente en generar áreas de protección en el mar. Sin embargo, la protección se centró en unos pocos ecosistemas, extremadamente aislados. La falta de equitatividad en la distribución de las áreas marinas protegidas se hace evidente en Chile central, o la zona de los fiordos. En estos ecosistemas el nivel de protección es inferior al 1% del territorio. Muy por debajo del 10% que aconseja el Convenio sobre la Diversidad Biológica y de los compromisos internacionales que Chile ha suscrito para conservar la diversidad de ecosistemas marinos que alberga su mar. Es imperativo avanzar en la protección de ecosistemas altamente impactados, como en Chile central, o extremadamente frágiles, como los fiordos. Hay que pensar también que muchas de las áreas marinas protegidas aún no tienen protección real, ya sea porque aún no se ha implementado un plan para administrarlas y/o porque no hay capacidad instalada para fiscalizar la pesca en estas zonas. Excelente el avance, pero es hora de hacernos cargo de los desbalances y la protección efectiva. Es imperativo generar mecanismos de fiscalización adecuada. Si esto no ocurre, la protección queda sólo en el papel y esto es lo que pasa en la gran mayoría de las AMPs de Chile. No hay protección efectiva”, señaló la profesional.  Destacó además que es importante el monitoreo científico para evaluar la efectividad de la protección. “Deben establecerse urgentemente programas de monitoreo de las AMPs en Chile”.

La Dra. Fernández señaló que las AMPs tienen enormes potenciales, ya que pueden brindar beneficios tanto al interior de los límites de la zona protegida como en sus alrededores. Por eso es tan importante cambiar la estrategia actual, de generar protección donde no hay gente. Los ecosistemas protegido en AMP pueden generar huevos y larvas que van a repoblar zonas explotadas. Este es un beneficio muy importante para los recursos sobreexplotados, que en Chile son una realidad.

Junto con ello, la especialista recalcó la necesidad de contar con programas de educación ambiental y trabajar con la gente. “Lo ideal es que las comunidades locales, en su conjunto, sean parte de la decisión al declarar un área protegida, que entiendan su valor y la acepten”, indicó. Similar opinión tiene el Dr. San Martín, quien señaló que “los pescadores artesanales son aliados importantes para el desarrollo de las AMPs, por cuanto pueden colaborar en su cuidado y, a la vez, obtener beneficios de esta protección”, esto en el sentido que, si ellos protegen el recurso, éste se mantendrá en el tiempo y, con ello, su propia fuente laboral. Con todo esto, queda claro que la conservación no está completa si sólo se busca establecer Áreas Marinas Protegidas por decreto, ya que este trabajo debe unificar posiciones científicas, económicas, sociales, contar con fiscalización adecuada y beneficiar a todos los involucrados.

Además de las figuras de protección detalladas anteriormente, Chile tiene un sistema pionero en el mundo de asignación de espacios del fondo marino a agrupaciones de pescadores. Estas zonas se llaman Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB), que incluyen locos, lapas, erizos, entre otros. Aunque estas zonas se pueden explotar con un plan de administración que trabajan conjuntamente los pescadores y Subpesca, estudios científicos demuestran que no sólo cumplen un rol muy importante en proteger los recursos bentónicos, sino también la biodiversidad de la zona.

Dado que muchas de éstas se encuentran donde no hay Áreas Marinas Protegidas y existe alto impacto de la pesca, las AMERB pueden cumplir un rol muy importante en la conservación y el manejo de los recursos marinos. Existen 771 a nivel nacional.