Dispersión

Estudiar los ecosistemas marinos es complejo y por eso hay que utilizar métodos muy creativos o aplicar nuevas tecnologías para entender qué está ocurriendo en esos ambientes.

Por ejemplo, si queremos estudiar animales que viven en el fondo marino, podemos bucear para verlos, pero si queremos explorar zonas muy profundas, a decenas o cientos de metros de profundidad, necesitamos usar submarinos. En ocasiones, es necesario trasladar los animales al laboratorio, porque es imposible estudiarlos en su ambiente natural.

Uno de los mayores desafíos en el mar es conocer cómo se desplazan las crías de los animales marinos, y cuánta distancia pueden recorrer.

La mayoría de las especies de moluscos, jaibas, langostas, peces y muchos otros grupos de animales y algas, producen crías pequeñísimas, llamadas larvas (en animales) o esporas (en algas). Los tamaños pueden ser desde microscópicos hasta pocos milímetros, por lo que son difíciles de ver a simple vista. A esto se suma que nadan o flotan durante cierto tiempo en el agua, desde horas a meses, formando parte del plancton.

Figura 1

Desarrollo (de izquierda a derecha) de etapas tempranas de loco (arriba) y erizo (abajo) hasta la fase de recluta. Estas son todas etapas que viven flotando en el mar (son parte del plancton) a excepción de la última que se transforma al llegar al suelo marino.

Las larvas que pueden nadar lo hacen a bajas velocidades, por lo que, en general, su desplazamiento es por las corrientes. De modo que las corrientes terminan trasladando las larvas desde donde nacieron hasta el sitio en el que vivirán como adultos, pudiendo terminar a decenas, cientos o incluso miles de metros de su lugar de origen. Muchas larvas se pierden en ese recorrido, por lo que muchos hijos de los organismos marinos mueren muy tempranamente.

En el caso de las jaibas, los moluscos y otros organismos que viven sobre el fondo del mar como adultos, sus larvas eventualmente dejan el plancton, llegan al fondo del mar, y allí sufren una transformación llamada metamorfosis. En ese momento adquieren características de adulto y dejan de llamarse larvas. Los científicos los denominan “reclutas”, y son ellos los que formarán una nueva generación de adultos. En muchas especies, esos adultos serán explotados comercialmente por los pescadores.

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